Columnas

Vigilancia en las discotecas en este verano postpandémico

En verano post pandemia va a ser sin duda muy diferente a veranos recientes. Esto lo vamos a ver no sólo en aspectos como las medidas de prevención de la salud, sino también en aspectos más cotidianos como el ocio donde, una buena gestión de la seguridad va a ser imprescindible.

Un ejemplo muy claro lo vamos a encontrar en las discotecas, y en la necesidad de seguridad profesional que estos entornos de ocio van a tener.

Vigilantes de seguridad en discotecas en un verano postpandémico

Aunque el ocio nocturno va a poder abrir sus puertas, lo cierto es que el verano de 2021 va ser muy diferente al que estos entornos de ocio nos tenían acostumbrados.

Dentro de las medidas que acompañan la apertura, algunas modifican de manera radical el concepto de ocio dentro de las discotecas. Para empezar, el uso de la mascarilla será obligatorio, pero, además, las pistas de baile no se abrirán y servirán, en todo caso, de entornos de mesas donde poder consumir.

Las discotecas, además, tendrán una aplicación estricta de las medidas de distancia entre personas, y del resto de herramientas de prevención incluyendo geles, ventilación, etc.

Obviamente, todo esto debe realizarse en un entorno en el que el usuario está acostumbrado a un modelo de ocio totalmente distinto, y en un momento complejo, en el que aún arrastramos muchos meses de encierro y restricciones. La combinación es complicada de gestionar.

La seguridad va a ser clave para garantizar que estas medidas se pueden llevar a cabo, y que las discotecas son entornos seguros. Pero, no cualquier tipo de seguridad. Estamos hablando de la diferencia entre una empresa de seguridad profesional, contrastada y con prestaciones más allá de la seguridad disuasoria, o la seguridad casual, poco formada y poco preparada para afrontar este tipo de situaciones.

Qué aporta una buena seguridad en la discoteca

A lo largo de los años, sobre todo en pasadas décadas, se fue formando una imagen deformada de la seguridad en las discotecas que, en muchos casos, se correspondía a contrataciones casuales, temporales, de personas que no reunían las condiciones básicas de un buen perfil de vigilantes de seguridad.

Hay que recordar, que un vigilante de seguridad es mucho más que una persona con un físico o una presencia determinada. A la presencia disuasoria, debe unir otras condiciones como conocimiento del entorno, trato social, gestión de situaciones, recursos suficientes tanto psicológicos como profesionales, etc.

Todas estas condiciones las vamos a encontrar vigilantes de seguridad profesionales formados. Un profesional formado no sólo sabrá hacer frente a las situaciones habituales en un entorno de ocio nocturno, sino que se habrá adaptado perfectamente a la situación actual. Es decir, entenderá las nuevas normativas, entenderá las normas a cumplir y, lo más difícil, tendrá que ser capaz de hacerlas entender al usuario del ocio nocturno.

Por tanto, lo que aporta una buena seguridad privada en una discoteca es tranquilidad. Por un lado, la tranquilidad a la propia empresa explotadora de negocio, que sabe que cuenta con profesionales contrastados capaces de asumir la nueva situación que la pandemia ha traído y gestionar la seguridad de su local de manera adecuada. Pero, y no menos importante, la tranquilidad del usuario. El usuario medio, va a agradecer un modelo de seguridad que sea capaz de informar, interactuar de manera correcta y comprender las situaciones siempre desde un punto de vista práctico y realista. El ambiente de seguridad va a ser clave para la convivencia en este tipo de espacios en el verano.

¿Todas las propuestas de seguridad son iguales?

No. De hecho, la diferencia entre una empresa profesional, contrastada y en la que los vigilantes aportan valor añadido y la contratación de vigilantes casuales, o con poca formación, es enorme.

Del vigilante profesional vamos a destacar cualidades que son fundamentales, y que marcan de manera clara las distancias con los conceptos de matón de discoteca:

  • Adaptación a los entornos a proteger
  • Formación y adaptación a las normas
  • Presencia disuasoria
  • Capacidad de gestión de situaciones
  • Control de las emociones

Estamos hablando de equipos profesionales, capacitados, y preparados para responder a situaciones ante las que, alguien sin formación, probablemente respondiera exclusivamente de manera emocional o de manera negativa.

No olvidemos, en el verano post pandemia, el trabajo de estos profesionales va a ser realmente duro. Deberán recordarnos a los usuarios la necesidad de cumplir las normas de seguridad. La necesidad de mantener las distancias dentro de entornos como las discotecas, en las que no estamos acostumbrados a mantenerlas, pero, más aún, la necesidad de mantener la mascarilla puesta, de no utilizar las pistas de baile como entorno de baile, etc. Es decir, un escenario realmente complicado en el que será necesario contar con profesionales de primer nivel.

 

Interior de una discoteca

¿Y después de la pandemia?

Afortunadamente, la luz al final del túnel cada vez se ve más cercana. Esto significa que también la normalidad volverá al ocio nocturno, y que nuestras discotecas volverán a ver las pistas de baile llenas.

También, afortunadamente, la visión que se tiene de la necesidad de seguridad en los entornos de ocio cada vez hace que se demanden más servicios profesionales. Por tanto, la tendencia va a seguir siendo contar con empresas profesionales de seguridad que garanticen tanto a las empresas hoteleras como a los propios usuarios entornos seguros, cómodos y en los que el cumplimiento de las normas vaya en favor de la convivencia de los propios clientes y usuarios.

En definitiva, una seguridad útil que sirve para lo que realmente se necesita: crear espacios seguros y tranquilos para disfrutar, en este caso, del ocio nocturno.