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Agresiones a vigilantes de seguridad: estadísticas y tipos

Los vigilantes de seguridad se encargan de ejercer la vigilancia y protección de personas, bienes, establecimientos, lugares y eventos. Por lo general, pertenecen a una empresa de seguridad que es contratada para llevar a cabo un servicio. Una tarea que, en muchas ocasiones, se ve empañada por agresiones a este colectivo de trabajadores.

Desgraciadamente, en los últimos años se vienen registrando agresiones a vigilantes durante el desempeño de sus funciones. Este tipo de situaciones se han incrementado en número a raíz de la pandemia y se pueden desarrollar en diversos ámbitos, tanto en lo que respecta a edificios públicos como privados.

Qué dicen las estadísticas sobre las agresiones a vigilantes de seguridad

Las estadísticas de agresiones y altercados son más que elocuentes. El incremento de las mismas viene motivado por una serie de factores. Aunque, por lo general, tiene que ver con la falta de medios y el escaso apoyo que, según considera este colectivo de trabajadores, recibe a nivel judicial en todos los estamentos de su profesión.

Sin ir más lejos, en la pasada década se aprecia un incremento progresivo en las situaciones de agresiones a partir del 2013. Pero fue a raíz del inicio de la pandemia de coronavirus cuando los altercados llegaron a su cénit actual. Agresiones motivadas por la indisciplina de muchas personas y la falta de cumplimiento en las medidas de protocolo sanitario.

Se multiplicaron por 5 de 2019 a 2020

La Asociación Profesional de Vigilantes de Seguridad (ARSEPRI) lo muestra bien claro en una de sus últimas estadísticas. Las agresiones a este colectivo durante el 2020 se multiplicaron por 5 con respecto al 2019. Y, todo ello, teniendo en cuenta que durante varios meses de ese año vivimos una situación de confinamiento total en nuestros domicilios.

¿Los motivos principales? El no cumplimiento de las medidas protocolarias en materia de sanidad. Pero, a su vez, se señalan otros motivos, como por ejemplo el hecho de no contar con la misma autoridad judicial que un policía. Esto supuso que, prácticamente a diario durante el 2020, aparecieron en los medios noticias relacionadas con agresiones a vigilantes de seguridad.

Han aumentado cada año desde 2013

Otra de las estadísticas que llama poderosamente la atención es el incremento que ha sufrido el número de agresiones a vigilantes desde el año 2013. Un incremento progresivo que se inició, allá precisamente, por el año 2013. Durante esos 12 meses, se denunciaron 439 agresiones a trabajadores de empresas de seguridad.

Una cifra que poco o nada tiene que ver con las 848 denuncias de agresiones a vigilantes de seguridad que se recabaron en el año 2019. Estamos hablando, por tanto, de un incremento de altercados de casi el 50% con respecto a seis años atrás. Además, este incremento ha sido progresivo ya que, año tras año, el número de denuncias ha ido aumentando sin que se hayan implementado medidas suficientes para evitarlo.

La pandemia disparó los casos

Pero es, sin lugar a dudas, con la llegada de la pandemia de coronavirus cuando han saltado todas las alarmas en materia de agresiones a este colectivo. Los medios de comunicación han aprovechado la coyuntura para dar visibilidad a este tipo de situaciones. Sin embargo, hay que decir que las agresiones han existido desde siempre, solo que en menor número.

La figura del vigilante ha sido la que, durante la pandemia, ha tenido que velar por el cumplimiento de las normas. La actitud de muchas personas no ha sido la más adecuada a la hora de acatar estas decisiones, llegando incluso a provocar el altercado y la agresión a los vigilantes uniformados. Estas situaciones se han repetido en todo el país, con claros ejemplos de agresiones en Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Pontevedra, etc.

 

 

Tipos de agresiones a vigilantes de seguridad más comunes

Las situaciones desagradables de agresión a vigilantes no se circunscriben únicamente al plano físico. También hay una gran cantidad de casos de agresiones psicológicas y verbales que forman parte del incremento de estas situaciones. Son, sin duda, los tipos de agresiones más comunes y que se desarrollan en diferentes ámbitos.

Físicas

Las agresiones físicas conforman uno de los tipos más habituales que sufren los vigilantes de seguridad. En muchos casos, estas agresiones han resultado muy graves, hasta el punto de tener que derivar en atención médica y hospitalización.

Pero también hay casos de muerte entre los operarios de este colectivo, como los ocurridos recientemente con un vigilante de Mediamarkt en Sabadell quien sufrió un ataque cardíaco al presenciar un robo y tratar de impedirlo.

El pasado mes de octubre, un vigilante de seguridad fue asesinado de un disparo en la cabeza en el pueblo zaragozano de Pleitas. Todo apunta a que los causantes del asesinato habían asaltado días antes una finca que vigilaba el trabajador.

Psicológicas y verbales

Las agresiones psicológicas y verbales también se encuentran entre las más habituales con las que tienen que convivir los agentes de una empresa de seguridad. En este caso, se trata de insultos, amenazas de todo tipo, maltrato psicológico, intimidación y otras actuaciones que tienen como objetivo amedrentar y agredir al trabajador.

Con estas agresiones lo que se pretende es asustar, aislar y controlar al vigilante. En la mayoría de los casos, este tipo de agresiones son las que dan paso al abuso físico, por lo que tan solo son el preámbulo de lo que está por llegar. La situación de indefensión legal que esgrime el colectivo de vigilantes es uno de los motivos por los que este tipo de agresiones están a la orden del día.

En definitiva, es necesario que se estudien nuevas medidas de actuación y en defensa de los vigilantes de seguridad. Las estadísticas de agresiones a estos trabajadores son demoledoras, especialmente a partir del año 2013 y con especial incidencia durante el tiempo de pandemia.

La falta de apoyo legal es una de las razones por las que este incremento se viene produciendo de forma progresiva. Todo ello teniendo en cuenta que el poder de autoridad de un vigilante se limita al área donde está prestando su servicio.